Club Colombia y Colombiana: Dos sabores, una tierra.

Palabras claves

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Hay cosas que, aunque parezcan muy distintas, nacen de un mismo lugar. Como los paisajes de Colombia: del frío andino al calor del llano, de la selva espesa al aroma de la brisa en la costa. Así son también dos bebidas que, sin proponérselo, se han convertido en íconos del sabor colombiano: Club Colombia, la cerveza que habla con acento elegante y dorado, y Colombiana, la gaseosa que sabe a fiesta y a mesa familiar. Y en Palo Quemao puedes disfrutar de ambas.

Ambas recorren el país. Ambas han estado presentes —sin competir— en momentos clave de la vida colombiana. Y si las pones juntas sobre la mesa, no se repelen. Se entienden. Porque aunque cada una representa un mundo distinto, las dos beben de una misma raíz: Colombia.

Club Colombia: el sabor de lo que madura

Bebida Club Colombia
Bebida Club Colombia

Club Colombia es una declaración de buen gusto. Desde su presentación elegante hasta su sabor profundo, esta bebida se ha consolidado como una de las más queridas por quienes aprecian la calidad sin perder el arraigo.

Nacida de la tradición cervecera nacional, Club Colombia representa el punto medio perfecto entre lo local y lo refinado. Su versión Dorada, la más popular, ofrece notas suaves pero intensas, cuerpo medio, y una espuma limpia que deja huella. Es ideal para compartir al atardecer, para acompañar un asado con amigos, para brindar por los logros —grandes o pequeños— de cualquier colombiano y ¿por qué no? para acompañar las delicias de nuestro Asadero Llanero.

Hay quienes la prefieren Rubia. Otros, Negra. Pero todas las versiones tienen algo en común: llevan el nombre del país con orgullo, sin estridencias. Club Colombia no necesita alardear para ser símbolo de calidad. Es la bebida que muchas veces aparece cuando se quiere marcar la diferencia. Cuando el momento es especial.

Y sin embargo, sigue siendo profundamente colombiana. En cada sorbo hay trigo, maíz, cebada y agua de esta tierra. En cada brindis, una forma de decir “aquí estamos, con sabor y con historia”.

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Colombiana: la gaseosa que sabe a fiesta de barrio

Gaseosa Colombiana
Gaseosa Colombiana

Si Club Colombia es la voz serena de quien ha aprendido con el tiempo, Colombiana es el sonido de la música en una esquina, el color naranja de una tarde de domingo. Esta gaseosa es, sin duda, la más emocional de todas. No necesita convencernos de nada: ya la amamos desde antes de saberlo.

En una olla comunitaria, en una piñata, en el almuerzo del domingo, ahí está. Espumeando con energía, Colombiana representa la calidez de la mesa colombiana, la espontaneidad, lo sencillo, lo que no cambia. Su sabor —ligeramente acaramelado y sin igual— no se parece a ninguna otra bebida del mundo, ni a otras en nuestro menú. Es dulce, sí, pero también familiar.

No importa cuántas marcas compitan en los estantes, la Colombiana no compite: acompaña. Se lleva bien con los platos típicos —arroz con pollo, tamal, lechona, empanadas— y se sirve sin etiqueta, pero con cariño. En vasos de plástico, con hielito y burbujas, en medio de risas y platos compartidos.

Dos bebidas. Dos historias. Un mismo país.

Colombiana - Cerveza
Colombiana - Cerveza

¿Se puede decir que una es mejor que la otra? Sería como comparar el café de la mañana con el guarapo de la tarde. Son momentos distintos. Son públicos distintos. Pero cuando uno se sienta a pensar, ambas bebidas han contado la historia de Colombia a su manera.

Club Colombia ha estado en las cenas formales, en los brindis de oficina, en las celebraciones donde se mezcla tradición y elegancia. Colombiana ha estado en las mesas de todos los días, en las celebraciones sencillas, en los recuerdos que no se fotografían pero que se quedan.

Ambas nos hablan de una Colombia múltiple, versátil, hospitalaria. Una Colombia que sabe reír, pero también pensar. Que disfruta tanto el campo como la ciudad. Que no elige entre una parrilla y un fogón, sino que los abraza por igual.